Kromgarth en el principio
Largo tiempo pase en los picos de Karaz-A-Karak, perdido en mis oraciones.Solo el repiqueteo de los martillos en las minas de Olafsson (recuerdo ese día en la taberna con Olafsson y esa oveja,jaja), me sacaban de la intensa lectura y forja de runas en las que fumaba mi buen tabaco halfling de Wissenland.
Guerra dijeron y empaque mis cosas(total mis alumnos de runas de tercero eran unos manirotos) y marche en buscan de otros Dawi decididos a proteger nuestras tierras y el naciente imperio humano ( y también a esos pusilanimes elfos..spit)de la hordas del caos.
Puede que mi vida anterior no fuera demasiado emocionante ( excepto esa vez con Olafsson y la oveja,o era una cabra,no las distingo bien vestidas de elfo...ya lo contaré ,ya) pero era mi tierra y no la veré caer ante un sucio adorador del caos.
Kromgarth va de fiesta
Pues si hermanos, decidido a luchar por el bien cogi mis bartulos (he dicho ya que hacia talismanes, no, pues si empece haciendolos con los tapones de barriles de Olafsson y tuvimos que bebernos toda esa cerveza pa que no se pusiera mala, fue la leche, pero ya contare eso en otra ocasión..) y sali de las minas no sin antes dar un suspenso general a todos mis alumnos de runas de tercero (mira que escribir Valaya con "B"), en fin y sali rumbo a Ekrund donde decian los corredores de tuneles que se recrudecia la guerra.
Fue ahi donde conocí a Munchen, un veterano en estas lides y un mosqueton que ya quisiera el viejo Gotfred para sus escarceos...en fin,y reventando el craneo de un disparo a un goblin que me acechaba me dijo,"Aparta o ayuda", así que me aparte. Tres segundos despues fue mas claro al respecto y ya clarifico la situación diciendo "ayuda coño!", así que saque mi bastón de curar del 8, y me dedique a lo mio en cuerpo y alma ( en realidad solo en alma, porque andaba suelto de vientre y lo que es el cuerpo no era gran cosa...ya lo contare , o mejor no, porque hablar de cacas, en fin..)
Total que 50 goblins y 60 birras despues ya estabamos cantando viejas canciones Dawi sobre el mostrador de la cerveceria del Ciervo Rojo (os sabeis la de mi goblin tiene tres miembros, tres miembros tiene mi goblin... es genial) y eruptando a voz en grito gloriosos himnos de guerra.
Tras la dura jornada empaquetamos las cosas para ir rumbo al este (gracias a Grugni por las pociones de Munchen, sino me hubiera estllado el craneo de resaca) pero esa es otra historia y la contare en su momento.